El Real Madrid
aprovechó cabalmente el empate entre el Atlético y el Barcelona y se ha
acercado a 3 puntos de los líderes gracias a una victoria por la mínima
diferencia ante el Espanyol en Cornella-El Prat.
Si bien fue el
equipo local el primero en armar una ofensiva, fueron los Merengues los que
dominaron el partido con un 68% de posesión del balón y 15 remates, 9 de ellos
a puerta. Si el marcador no fue más abultado se debe en gran parte al rosario
de errores madridistas a la hora de la definición.
El Real Madrid tomó
el control del partido desde el inicio ante un Espanyol bien parapetado atrás
que provocó que los visitantes tocaran en innumerables ocasiones el balón de
forma lateral y les cerraron los espacios en el último cuarto del terreno de juego.
El Madrid, que esta
vez salió al terreno de juego con su uniforme naranja, comenzó el partido con
mucha parsimonia y esta contrastaba con la velocidad a la que se movían los
Periquitos aunque estos no lograron crear ocasiones de gol sobre la portería
defendida por Diego López.
Poco a poco, el
Madrid comenzó a generar jugadas de peligro y comenzaron a sucederse las
fallas. Cristiano Ronaldo dejó ir un par de oportunidades claras y no se diga
de Benzema que simplemente no le atinaba a la portería. La imprecisión en el
último toque imperaba y todo parecía indicar que no pasarían del empate hasta
que, cuando corría el 55', Carvajal recibió una falta cuando desbordaba por la
derecha, muy cerca del tiro de esquina y Modric cobró con un centro al área que
Pepe cabeceó estando sorprendentemente solo y marcó el único gol del partido.
Un grave error de marcación en una jugada a balón parado que terminó saliéndole
muy caro a un Espanyol urgido de puntos.
El Madrid vivió
entonces sus mejores momentos. Dos jugadas de Cristiano sobre la banda
izquierda que derivaron en sendos tiros a los que se tuvo que emplear a fondo
Kiko Castilla para desviar y una más de Benzema que el arquero desvió con el pie cuando
ya parecía vencido y que para su mala fortuna el balón todavía le cayó a
Cristiano quien mandó su remate demasiado cruzado.
De cualquier forma,
el Espanyol encontró una oportunidad y a punto estuvo de conquistar el empate
cuando el partido agonizaba y el Madrid terminó el encuentro defendiéndose para
salvar su apretada victoria.
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