En ese sentido, Miguel Herrera puede presumir que en muy poco tiempo está logrando darle un nuevo rostro a las Águilas. Ahora atacan con mejor idea, más coordinados y con mucha mayor profundidad que antes. Pero eso no es todo, los enplumados también tienen mucha mayor posesión de balón, cosa nada fácil ante un equipo bien plantado como el Toluca.
América hizo suyo el balón ante el Toluca que, sin embargo, supo buscar el gol con punzantes contragolpes que obligaron a la defensiva azulcrema a emplearse a fondo en más de una ocasión.
En el transcurso de la semana hubieron declaraciones por parte de jugadores de ambos equipos que fueron calentando el ambiente y esto, afortunadamente, se tradujo en un partido muy disputado, de gran ritmo y velocidad. El primer tiempo concluyó empatado a cero, a pesar de los muchos intentos de ambas partes.
El segundo tiempo la tónica se mantuvo, con el América controlando el ritmo y atacando incesantemente y el Toluca punzante, buscando hacer daño al contragolpe.
Cuando corría el minuto 56, Iván Alonso aprovechó un descuido de Valenzuela para anotar un gran gol y poner al frente a los Diablos Rojos en el Azteca.
Ante esto, Miguel Herrera echó mano de Vuoso y sacó del campo a Valenzuela en busca de sumar unidades al frente y aprovechar mejor los muchos centros que los atacantes americanistas lanzaban al corazón del área mexiquense.
El América encontró la igualada gracias a un penal controvertido que convirtió Vuoso. Los americanistas se habían paseado por el área enemiga pero no habían logrado anotar y de no ser por el penal se hubiera podido llevar su primera derrota en casa.
Así terminó el partido, un agradable empate entre dos equipos combativos que buscaron ganar y que lograron entretener a una bien poblada tribuna.
No hay duda, el América ha cambiado mucho en estos años, pero al fin comienza a darse un cambio en lo que realmente importa, la forma de jugar futbol.
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