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miércoles, 18 de enero de 2012

De nueva cuenta

El Barcelona fue al Santiago Bernabeu y sacó un valioso triunfo 2-1 en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey con goles de dos defensas, Puyol y Abidal y una gran exhibición. Mourinho quiso sorprender con una alineación muy extraña, sacada de la manga, con jugadores como Pepe fuera de su posición habitual.

Como es habitual, los pupilos de Pep Guardiola se crecen ante los grandes y han dado un gran partido. Guardiola sigue apostando a lo mismo, no ha variado su juego y mantiene la mística, mientras Mourinho sigue buscando alternativas para sobreponerse ante su acérrimo rival, que se está convirtiendo en su bestia negra.

De nuevo, pudimos ver a los culés tocando, moviéndose, provocando faltas y aprovechando todos sus recursos mientras que los blancos buscaban romper el juego e intimidar al rival. De nuevo Pepe ha dado la nota al pisar a Messi cuando este estaba en el suelo.

En definitiva, Pepe será el eje de los comentarios en muchos sentidos. No hay duda de que el portugués tiene gran presencia y fuerza, pero es indudable que hay mucha gente con mucho mejor toque que Pepe para actuar en el eje del medio campo. La plantilla da tantas opciones que sorprende enormemente la decisión de Mourinho de moverlo a ese punto precisamente, donde no sólo no aporta tanto como en la defensa, sino que incluso se ve torpe.

Por el otro lado, el Barcelona hizo exactamente lo mismo que ha hecho en los últimos 9 enfrentamientos. Sin sorpresas ni sobresaltos. Jugó simplemente como sabe hacerlo. Guardiola volvió a jugar igual y el Barcelona se ha agenciado el triunfo de nuevo.

El Real Madrid está lleno de estrellas y va en primer lugar de la Liga pero no ha logrado superar a este Barcelona que sabe perfectamente como crecerse cuando la ocasión lo amerita.

Es una lástima ver a tantas estrellas arrinconadas atrás, en espera de salir al contragolpe cuando podrían hacer mucho más daño jugando tal y como habían venido haciéndolo, peleando por la posesión del balón y ejerciendo un dominio territorial, ahogando a los contrarios y no dejándose ahogar por el contrario.

La media cancha madridista estuvo formada por Xavi Alonso, Pepe (¿?) y Lass. Desde el momento en el que salieron al campo se dedicaron a presionar a los mediocampistas catalanes, rompiendo el juego y achicando el campo. El problema era a la hora de la creación. Con Pepe como referencia nadie puede aspirar a mucho. El Madrid defendió con fuerza y presionó duramente, de eso no hay duda.

Aún con un gol en contra, el Barcelona no se desesperó y siguió buscando el hueco para colocar sus pases, con esos toques fáciles y triangulaciones de ensueño. De nuevo, el Madrid les entregó el balón. De nuevo el Madrid les regaló 3/4 partes del campo.  Y los centros al área comenzaron a caer hasta que, en un tiro de esquina, una mala marcación de Pepe permitió a Puyol anotar el del empate y muy pronto llovieron las oportunidades blaugranas que poco a poco fueron desmoronando la muralla de hombres amontonados en el área madridista hasta que Abidal anotó el segundo y definitivo para un nuevo y merecido triunfo del Barcelona.

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