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miércoles, 25 de enero de 2012

Con las botas puestas

El Real Madrid presentó otra cara en el Camp Nou y dio un gran partido. Fue superior en el primer tiempo, pero sobre todo en el arranque del partido en el que dejó ir varias oportunidades de gol, pero se fue al descanso con un muy injusto 2-0 en contra. El Barcelona tuvo muy buena fortuna en ese primer tiempo y no se merecía ese marcador, pero está claro que un equipo de ese tamaño y con esa calidad, difícilmente perdona.

La actuación del árbitro no estuvo exenta de polémica ya que los madridistas reclaman dos penales no marcados y los culés uno. La primera jugada que se reclamó como penal fue por una supuesta mano de Busquets tras un cabezazo de Pepe en un tiro de esquina. Obviamente Busquets se puso las manos en el estómago tras la jugada. Posteriormente, una chilena de Sergio ramos golpeó la mano de Abidal, pero el árbitro consideró que la mano no fue intencional y tampoco se marcó la pena máxima.

Ya a punto de salir al descanso, el árbitro, Teixeira Vitenes, perdonó la expulsión por acumulación de tarjetas a Lass Diarra que le dio una artera zancadilla a Messi, pero esto lo compensó al final del partido al expulsar rigurosamente a Sergio Ramos por acumulación de tarjetas. La primera tarjeta se la recetó por reclamar y la segunda tras un salto con Busquets que no aparentaba ser para más.

Pese a todo, el árbitro anuló correctamente un gol del Real Madrid al comienzo del 2o tiempo ya que el mismo Ramos había sujetado a Dani Alves antes de cabecear el balón.

Cuando todo parecía perdido, el Madrid salió al segundo tiempo inspirado y brindó una actuación soberbia y a punto estuvo de darle la vuelta al marcador. Los blancos salieron a comerse el balón, apretando al equipo blaugrana desde la salida y le hicieron pasar las de Caín como pocas veces se ha visto en los últimos años. EL PAÍS titula su editorial: "el peor Barcelona elimina al mejor Madrid" y es que la actitud de ir al frente y presionar permitió ver la capacidad de los merengues y por fin puso en aprietos a los blaugranas.

Este cambio de actitud era lo que muchos aficionados madridistas esperaban. El Real Madrid ha caído como los grandes, brindándose en la cancha y regalando un gran partido ante un equipo enorme como lo es el Barcelona.

Difícilmente podrán reprocharle los medios tras este empate ya que Mourinho claramente corrigió el rumbo y planteó un partido muy distinto al de la ida y con esto logró poner en aprietos a un Barcelona que tuvo que sudar la gota gorda para salir vivo de su propio estadio.

Anteponiendo el futbol y jugando con sus mejores cartas, este Madrid le plantó cara al Barcelona que pasa a la semifinal como claro favorito para coronarse. Por fin, Mourinho ha podido enfrentarse a su bestia negra y plantarle cara haciendo a un lado todos sus miedos y traumas. Cayó el Madrid, pero lo ha hecho con las botas puestas.

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