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jueves, 5 de enero de 2012

Sin piedad

El Barcelona es el máximo ganador de la Copa del Rey en España. Históricamente gusta de avanzar en dicho torneo y presume los trofeos de sus vitrinas. Aunado a esto, esta generación de blaugranas goza peleando por cada título en disputa y, si puede de paso, aplastando rivales sin importar donde se juegue el partido. La víctima de ayer fue el Osasuna que si bien había querido mentalizarse, a la hora de las sorpresas no pudo retener alguna que otra palabrota.

Guardiola y compañía habían anunciado que no jugaría Messi debido a un cuadro gripal pero a la mera hora entró al partido y vaya que ayudó a surtir a los de Pamplona.

La función de "falso centro delantero" que es la que oficialmente desempeña Messi en la delantera del Barcelona fue, en un principio, magníficamente bien ejecutada por Cesc Fábregas quien anotó un par de goles en la primera mitad y ayudó a que su equipo le diera verdaderamente un baile al Osasuna que se puede dar por bien servido porque se llevó 2 pero pudo llevarse 6.

Los de Pamplona habían querido tomar el partido con total seriedad y creían que podían dar una sorpresa pero los goles de Fábregas, uno de ellos de genial manufactura, acabaron pronto con su resistencia y dieron al traste con cualquier preparación que hubieran podido hacer para el partido. Xavi fue el eje de la media cancha que acostumbra ser y surtió de balones a Fábregas y compañía para volver loca a la defensa del Osasuna que terminó llevándose a casa una goleada 4-0 ya que en los últimos 30 minutos del 2o tiempo, entró Messi para completar la cuenta. El de Rosario entró por Pedro, que ya se había saturado, y de inmediato tomó su lugar como centro delantero "falso", haciendo que Fábregas baje a la media cancha, cediéndole todo el protagonismo y convirtiéndolo en el hombre libre en el ataque, cosa que aprovechó a las mil maravillas para anotar sus dos goles y dejar el 4-0 final que elimina contundentemente al Osasuna de la Copa del Rey.

Xavi fue fundamental en el partido ya que asistió a Fábregas y Messi en 3 de los 4 goles. La asistencia para el 3er gol, el primero de la cuenta de Messi, fue de Alves en una triangulación típica de los azulgranas, con el propio Messi.

Al final, la afición culé enloqueció con el futbol de su equipo que, para variar y no perder la costumbre, no tuvo piedad con el rival en turno.

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