Sin duda, la afición
consiguió motivar a Negredo quien al recibir la rechifla se enfadó y consiguió
el gol del triunfo para su equipo que venció por 2 goles contra 1 al Athletic
en un partido muy disputado que pudo ganar cualquiera.
Negredo abrió el
marcador cuando corría el '4 al rematar un centro de Rakitic estando
prácticamente solo en el área del Athletic que aparentemente aún no había
entrado al partido. El gol fue un golpe anímico que pareció despertar a los de
Bilbao que entonces se pusieron las pilas y comenzaron a batallar en busca del
empate y el partido se hizo de ida y vuelta, sin pausa, con gran desgaste
físico y jugadas en uno y otro campo sin cesar.
Gurpegui anotó el
del empate a 1 cuando corría el '55 y el Sevilla de inmediato se fue a la carga
en busca de una anotación que le diera los 3 puntos. El Sevilla fue envolviendo
al Athletic en su juego y le fue cortando las salidas, presionando a su media
cancha para robarle el balón cuando más le duele a cualquier equipo, a la hora
de crear su propio juego.
Sin embargo, el
Athletic supo salir del atolladero al olvidarse de la pausa y meter el
acelerador a fondo para responder con la misma velocidad que recibía los
ataques del equipo local. El partido tomó velocidades vertiginosas con dos
equipos en busca del gol de la diferencia pero fue el Sevilla el que, cuando
corría el '86, anotó en un rápido contragolpe por conducto de Negredo el 2-1
que finalmente le dio el triunfo.
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