El América entró
dormido al Estadio Morelos y Monarcas aprovechó la situación para irse al
frente pero las Águilas reaccionaron, conquistaron la igualada y dominaron pero
no supieron llevarse el triunfo y terminaron conformándose con un empate a 1
que no les sabe a nada.
El Morelia se fue al
frente cuando apenas corría el primer minuto del partido gracias a un grave
error de Alderete quien perdió un balón que aprovechó Montero para servir a
Mancilla quien con un soberbio cabezazo anotó el 1-0.
El gol sembró
cualquier cantidad de dudas en la zaga americanista e inyectó vida al Morelia
que no dudó en lanzarse al frente y hacer sufrir al equipo visitante. El
América volvió a dar un bajón en su nivel de juego y no logró entrar al partido
sino hasta el minuto 28 gracias a un tiro de esquina en el que Benítez estrelló
su cabezazo en el poste de la portería defendida por Federico Vilar.
Cuando corría el
'30, en otra jugada a balón parado, Osvaldo Martínez mandó un nuevo centro para
Benítez quien aprovechó que un elemento de la zaga michoacana no salió a tiempo
para controlar un balón solo y a la espalda de la defensiva local y vencer a Federico
Vilar.
Después de un susto
y un buen gol, las Águilas tomaron el control del partido y lograron imponer
sus condiciones aprovechando el desconcierto del conjunto purépecha y en otra
jugada en la que Osvaldo se aprovechó de una mala salida en línea de la defensiva
local y filtró un gran pase a Raúl Jiménez quien fue derribado por Vilar en el
área y el árbitro decretó la expulsión del cancerbero michoacano y de paso la
pena máxima a favor del América aunque lamentablemente para las Águilas,
Osvaldo reventó su disparo en el larguero y no entró el ansiado gol.
Carlos Rodríguez
entró en sustitución de Vilar y se convirtió en el héroe de la noche al detener
todas las andanadas americanistas y salvar a su meta una y otra vez para
mantener el empate a 1 en el Estadio Morelos. El América se vio dominador en
los minutos finales y de hecho fabricó varias opciones de gol pero la figura de
Rodríguez se agigantó e impidió cualquier desaguisado.
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