Tigres arrancó el
torneo promisoriamente al golear 4-0 a Jaguares en Tuxtla Gutiérrez pero
pareció haber utilizado demasiada pólvora porque al llegar al Volcán
simplemente se vio inofensivo ante un Atlante que tampoco mostró gran cosa
aunque bien hubiera podido anotar en el primer tiempo pero un error arbitral
les privó de hacerlo.
El primer tiempo fue
bastante flojo ya que ambos equipos se vieron apáticos y la acción se dio
predominantemente en el medio campo, sin grandes ocasiones de peligro en las
porterías, dejando a los miles de aficionados felinos que abarrotaron como es
costumbre el Estadio Universitario, con ganas de celebrar un gol.
Para colmo de males,
el Atlante salió al segundo tiempo más decidido y cuando corría el minuto 49 se
hizo presente en el marcador por conducto de Paredes quien tomó el balón en el
borde del área felina y avanzó por la izquierda para cruzar su disparo y dejar
sin oportunidad a Palos con el 1-0 a favor de Atlante.
Tras el gol, el Tuca
ordenó adelantar líneas y los Tigres se lanzaron al frente pese al riesgo que
significaba darle espacios para contragolpes a los atlantistas que no
renunciaban a ir al frente pero que, poco a poco, fueron cediendo y comenzaron
a preocuparse mucho más en defenderse.
Los Tigres fueron
copando las salidas azulgranas y comenzaron a atacar cada vez con mayor
insistencia a la portería contraria aunque carentes de profundidad fueron
rebotando en el bien plantado muro defensivo atlantista que cerraba espacios e
impedía que llegaran con balón dominado al área por lo que Lucas Lobos comenzó
a intentar jugadas personales y disparos de media distancia.
Uno de los jugadores
que menos había aparecido fue Luis García, el centro delantero de Tigres que
parece no terminar de entenderse con Damián y Lobos y quedaba aislado en el eje
del ataque, sin balones a modo pero bien supo salirse del centro para provocar
con una jugada personal una falta que el árbitro no dudo en marcar como penal y
Lobos se encargó de convertir en el merecido gol del empate para Tigres cuando
corría el minuto 75.
Tigres no bajó el
ritmo y continuó presionando al Atlante que siguió desdibujándose ante la
fuerza y cantidad de embates universitarios.
Cuando corría el
minuto 85, Lucas Lobos cobró una falta con fuerza y Hugo Ayala desvió
ligeramente el balón para dejar sin oportunidad al portero atlantista y anotar
el 2-1 para Tigres y darle justicia al marcador dado lo realizado en el segundo
tiempo por los locales.
Tigres manejó el
partido y le bajó el ritmo en los minutos finales para evitar que el Atlante se
pudiera recuperar
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