Javier Aguirre sabe
que si bien el Espanyol se encuentra en la última posición en la Liga BBVA, su
situación no es tan desesperada como podría creerse ya que en un rango de 5
puntos se encuentran 8 equipos y si logra hacer reaccionar a los Periquitos, los
meterá en la pelea.
Sin embargo, cuando
la situación es apremiante, lo menos que se puede pedir es un buen arbitraje,
algo que lamentablemente no ha sucedido hoy ya que el árbitro ha decidido ser
el principal protagonista del partido en perjuicio del futbol y, de paso, del espectáculo.
Verdú puso al frente
al Espanyol cuando corría el minuto 12 al anotar un penal mientras el árbitro
no perdía la brújula del partido. Sevilla había intentado atacar con centros al
área pero la defensa del Espanyol se supo revolver para salvar su meta.
Al minuto 23
sobrevino la primera pifia importante del árbitro que marcó un penal muy
rigorista que permitió a Rakitic empatar el partido a 1 gol por bando. Minutos
después, expulsó al sevillano Reyes quien ya estaba amonestado y cobró una
falta cuando supuestamente el árbitro ya había dado permiso para cobrar pero se
le había olvidado pitar.
Sevilla mantuvo su
insistencia de atacar centrando al área pero el Espanyol supo revolverse para
mantener el equilibrio en el partido e, incluso, irse al frente en el minuto 60
gracias a un tanto de Simao en un tiro de esquina centrado por Wakaso y que Simao
remató desde el área chica.
La presión del
Sevilla se dejó sentir pero fue hasta el tiempo de compensación cuando Negredo
logró anotar el gol del empate 2-2.
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