Sevilla cayó por 2
goles contra 0 con Málaga en el Ramón Sánchez Pizjuán ante 25 mil espectadores
que fueron a apoyar a su equipo y salieron visiblemente molestos ya que el
Sevilla se ve cada vez más preocupado por la parte baja de la tabla que por sus
aspiraciones europeas.
Michel sabe
perfectamente que la vida del entrenador requiere de buenos resultados por lo
que mandó a su equipo a buscar la victoria desde el principio y sus jugadores
mostraron una actitud ofensiva dominando el encuentro y presionando al rival
desde la salida.
Sevilla generó
buenas opciones de gol durante la primera parte en la que superó
ostensiblemente a Málaga pero no supo traducir ese dominio en anotaciones y
ambos equipos se fueron al descanso con el marcador empatado a ceros gracias,
en gran parte, a la buena actuación de Willy Caballero, a la mala puntería de
los delanteros sevillanos y por supuesto al enorme oficio de la defensa
visitante que supo capear el temporal y mantener el barco a flote pese a las
insistencias de los locales que parecían desbordarlos por momentos. Negredo
había estrellado un balón en el poste desde el amanecer del encuentro pero no
fue la única ocasión que se perdió.
Sevilla había
controlado el balón y se había adueñado del campo y el ritmo de juego por lo
que parecía que los pupilos de Michel por fin podrían obtener un buen resultado
pero al regresar del descanso cayó el primer zarpazo de un Málaga que supo
aguardar su momento para aniquilar al rival.
Málaga había
planteado el partido a contragolpes desde el inicio y en todo momento fue muy
descarado. La estrategia era clara: aguantar a pie firme atrás y buscar
sorprender con un rápido desdoblamiento que tomara mal parada a la defensiva
rival y, tanto fue el cántaro al agua, hasta que se rompió.
Cuando corría el
minuto 49, Demichelis cabeceó a gol en un tiro de esquina y puso adelante al
Málaga para sorpresa de la defensiva local que pareció quedarse estática en la
jugada. El Sevilla respondió de inmediato adelantando filas en busca del empate
y Málaga se replegó hacia su portería esperando una buena oportunidad para
finiquitar el encuentro a contragolpes, cosa que terminó ocurriendo.
En un contragolpe,
cuando corría el minuto 70, el central sevillano Fazio trabó a Joaquín que se
colaba en el área en una acción inminente de gol y el árbitro no dudó en marcar
la pena máxima y decretar la expulsión del defensa local. Eliseu marcó el penal
y puso los cartones 0-2 para Málaga que mantuvo su estrategia de jugar a la
contra y terminó embolsándose una jugosa victoria que le permite amarrar su 4o
lugar en la Liga BBVA y, por ende, un ansiado puesto de Champions.
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