Sepultados en deudas

Nadie duda que el futbol más competitivo del mundo se encuentra en Europa y para muchos jugadores es un sueño jugar algún día en dicho continente a lo que los clubes han respondido atrayendo a las más grandes figuras del balompié mundial para reforzarse y buscar la gloria.

Para la UEFA, es primordial buscar un equilibrio financiero que permita que los clubes mantengan su estatus y ha implementado mecanismos que incluso han sido respaldados por la Comisión Europea y que van encaminados al saneamiento de las finanzas de los clubes miembros.

Según ha trascendido a la prensa, un estudio elaborado por la propia UEFA y que busca medir el equilibrio de los estados financieros de los clubes miembros, estos tienen una deuda neta de 6,500 millones de euros.

Para la UEFA, esta situación no debe mantenerse ya que busca lograr un punto de equilibrio en el que los equipos no gasten más de lo que ingresen y que se implementará una regla que establecerá que la máxima desviación hacia números rojos será de 5 millones de euros salvo que los socios dueños del club inyecten proporcionalmente nuevo capital y, si es este el caso, se podrá incrementar la desviación hasta 45 millones de euros.

Si bien la deuda correspondiente al 2011 es de 6,500 millones y es enorme, la tendencia es positiva ya que muestra una reducción de 400 millones con respecto al 2010 en el que se debían 6,900 millones y rompe la tendencia a la alza que se había mantenido por varios años.

Para colmo de males, algunas de las principales ligas europeas son de las que muestran peores números. La Liga BBVA de España muestra un desbalanceo muy superior al promedio de los clubes europeos y se estima que es más del doble. Las deudas de algunos equipos de la Premier League siguen siendo alarmantes e incluso en la Ligue 1 de Francia ya se han comenzado a dar casos de contrataciones estratosféricas que rompen cualquier equilibrio presupuestario.

Un caso fuera de lo común es Alemania cuya Bundesliga muestra una solidez económica envidiable.

Se espera que la UEFA mantenga sus políticas de justicia financiera en busca de carteras sanas y equipos sólidos por lo que no deberá de sorprender a nadie que las sanciones o retenciones para los equipos con altos déficits presupuestarios continúen.