El Barcelona no se
tentó el corazón y le pasó encima al Athletic de Bilbao en la final de la Copa
del Rey de España y terminó arrollándolos 3-0 para darle una brillante
despedida a Pep Guardiola que se puede ir contento con su 14o título en la
bolsa.
Para el Barcelona,
representa el 26o título de Copa y para el Athletic un subcampeonato más bajo
el yugo del mismo que los derrotó en la final pasada. Los azulgrana hicieron
válidos los pronósticos y le pasaron por encima a un Athletic que luchó pero
que simplemente no está al mismo nivel que los blaugrana.
El Barcelona se
lanzó al frente desde el silbatazo inicial y cuando no había transcurrido el
primer minuto ya Messi había anunciado lo que vendría. Muy pronto, Pedro
aprovechó un mal rechace de un tiro de esquina y anotó el primer gol. La suerte
ya estaba echada y el Barcelona se había olvidado de sus fantasmas, haciendo lo
que mejor sabe hacer, tomar el balón y dirigirse a la red contraria.
El Athletic volvió a
perder un balón en la salida y Busquets puso a jugar a Iniesta quien no dudó en
habilitar a Messi que se encargó de marcar el segundo. Un 2-0 que ponía contra
la pared al Athletic y que marcaba la diferencia entre los dos equipos.
Sin posibilidad de
reacción, el Athletic muy pronto se vio abajo 3-0 debido a otro gol de Pedro,
este de forma magistral y pegado al poste derecho. 25 minutos han bastado para
que el Barcelona arrolle al Athletic en la final de Copa.
Los blaugrana
jugaron un primer tiempo casi perfecto. Salvo un claro penal que el árbitro no
le marcó a Piqué cuando este jaloneó a Llorente, el Barcelona fue amo y señor
del balón y del partido, jugando a gran velocidad y con una enorme precisión,
tal y como disfruta Guardiola.
En la segunda parte
el Athletic intentó empujar y luchó a su manera y con sus armas pero ya no
había forma, la historia ya estaba escrita y el partido totalmente liquidado.
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