Las Águilas del
América y los Rayados del Monterrey no se hicieron daños al empatar sin goles
ayer en el Estadio Azteca. Ambos equipos lucharon y se entregaron plenamente en
el campo en busca de un gol pero ninguno quiso arriesgar de más y siempre se
estuvieron cuidando en la retaguardia.
El partido fue, por
momentos, intenso, con buenas jugadas de futbol y algunas bellas intervenciones
de los arqueros que en mucho contribuyeron a mantener el 0-0,
El América encontró
por fin a un Paul Aguilar con llegada y peligrosidad y puso a temblar a la
afición regiomontana al hacer esforzarse a fondo a Jonathan Orozco primero y a
Basanta quien poco tiempo después se barrió en la línea para salvar del gol a
los rayados.
Si bien el Monterrey
tardó en meterse al partido, cuando lo hizo también puso a trabajar a Moisés
Muñoz y vaya que este tuvo su parte a la hora de mantener el cero. Los regios
se han vuelto expertos a la hora de tejer sus contraataques. Con velocidad y precisión,
Chelito, Suazo y De Nigris son una verdadera pesadilla y mostraron su
peligrosidad. El Chelito encontró un resquicio y filtró un gran balón para De
Nigris quien le ganó la espalda a Aquivaldo y mandó un peligroso disparo que
buscaba la portería pero que antes encontró la mano del guardamenta azulcrema y
terminó en tiro de esquina.
El América se vio
insidioso, con voluntad de anotar pero la defensa regiomontana mostró su
oficio, supo mantener inmaculado su marco y, al mismo tiempo, contraatacar. El
resultado fue un partido parejo, con opciones de ambos lados y un enorme
desgaste, con dos equipos dispuestos a llevarse la semifinal.
El partido terminó
0-0 y los equipos no se hicieron daño, dejando la resolución final pendiente
para resolver en el Estadio Tecnológico donde el América requerirá ganar si
quiere avanzar.
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