El Atlético de
Madrid logró coronarse en la Europa League al vencer 3-0 al Athletic de Bilbao
en un trepidante encuentro celebrado en el Estadio Nacional de Bucarest ante
más de 50 mil fanáticos.
El partido fue tal y
como se esperaba, con el Athletic buscando una rendija para penetrar a una bien
parada defensa que en todo momento supo sacar el oficio y la casta.
Como muchas veces
pasa en las grandes ocasiones, una genialidad rompe el esquema y cambia la
estrategia, forzando un partido muy distinto al que se planeó. Cuando apenas
habían transcurrido 7 minutos, un descuido defensivo del Athletic le brindó el
espacio a Falcao quien, implacable, hizo un par de quiebres y puso el balón en
el ángulo para un hermoso gol que cambiaba todo.
El Atlético se había
encontrado con un bellísimo gol muy temprano y a partir de ahí jugaría el
partido que mejor sabe jugar, agazapado, esperando su oportunidad.
El gol rompió en
mucho el esquema táctico del Athletic y desbalanceó en mucho al equipo que por
momentos se vio nervioso y cayó en lapsos en la desesperación ante un oficioso
Atlético que supo presionar cuando era necesario para forzar errores e impedir la
progresión de las jugadas del contrario.
El Athletic se fue
reponiendo del primer latigazo pero cuando mejor jugaba y más peligro generaba
llegó el segundo, un mortal zurdazo de Falcao justo después de haber engañado a
un defensa. Era el 2-0 que caía como una pesada losa sobre los hombros de los
chicos de Bielsa que veía impotente como su equipo caía en la desesperación.
El Athletic intentó
lanzando centros en busca de un Llorente siempre bien marcado. Esta vez ni
Susaeta ni Muniain fueron capaces de servirle balones a modo y cada avance se
estrellaba invariablemente en el bien plantado muro defensivo del Atlético.
El Atlético se
plantó bien atrás pero nunca renunció a atacar y cuando corría el minuto 85,
Diego aprovechó un rápido contragolpe para colarse entre 3 defensas y anotar el
3-0 que sentenciaba el partido.
Simeone terminó
imponiéndose tanto en juego como en estilo. Los latigazos del Atlético
sentenciaron el partido.
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