México derrotó ayer
por la noche a Bosnia Herzegovina por 2-1 y ayudados sin duda por una buena
dosis de fortuna. Como ha sucedido con anterioridad, cuando el rival ataca con
intensidad, los tricolores sufren para armar jugadas y ayer estuvieron a punto de
salir del estadio con un empate en las manos.
México se fue al
frente desde muy temprano gracias a un remate de Giovani dos Santos quien
aprovechó que el portero bosnio no pudo retener un fuerte disparo de Aldo de
Nigris y dejó el balón suelto en el área chica.
Lamentablemente para
el conjunto mexicano, también desde muy pronto aparecieron las dudas y se pudo
evidenciar la falta de coordinación defensiva por lo que los tricolores
tuvieron que emplearse a fondo y encomendarse a los reflejos de Ochoa en más de
una ocasión para mantener a salvo la meta.
Sin embargo, cuando
corría el minuto 28, Dzeko aprovechó un parpadeo defensivo de los mexicanos
para enfilarse y aprovechar un pase filtrado, firmando el empate a 1.
El partido se jugó
de manera intensa, ambos equipos metieron la pierna fuerte y en más de una
ocasión se dieron jugadas duras y peligrosas. Como ha sucedido con
anterioridad, tanto Giovani como Barrera ofrecieron destellos y muy poca
regularidad pero cuando ya corría el segundo tiempo, el Chepo echó mano del
Chicharito y Guardado y la fisonomía del cuadro alto mexicano simplemente
cambió y a pesar de que ambos se acaban de integrar al grupo, mejoró su
funcionamiento.
El gol del triunfo
tricolor cayó como un verdadero regalo. Vranjes intentó despejar el balón desde
su propia área en dos ocasiones y terminó por mandarle un centro a Javier
Hernández quien sin dudarlo aprovechó el obsequio y convirtió el gol del
triunfo mexicano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario