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viernes, 24 de agosto de 2012

Contrastes


Como ha sucedido en los últimos clásicos entre el Barcelona y el Real Madrid, los reflectores estaban puestos en Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Dos grandes estrellas mediáticas sobre quienes se esperan grandes jugadas y por supuesto, grandes goles.

Cristiano en particular está fuera de forma. Durante la primera mitad prácticamente no tocó el balón y, cuando lo hizo, se perdió entre los defensivos azulgrana.

Messi se ve mucho mejor que el portugués pero su juego tampoco pesó mucho que digamos y sus movimientos aún no están perfectamente coordinados como se espera que lleguen a estar.

Si bien tanto Cristiano como Messi anotaron, su desempeño fue más sombrío que otra cosa. Fuera del gol, Cristiano no tiene mucho que presumir a la ofensiva y si bien nadie niega que corrió y apoyó a la defensa, no fue desequilibrante. Messi, por su parte, también anotó, pero fue de penal y fue la única vez en todo el partido en la que le atinó al marco defendido por Iker Casillas.

El gran contraste es y seguirá siendo Iniesta. Callado, humilde y trabajador. Incansable en el medio campo y toda una tortura para cualquier defensivo. Sus jugadas desestabilizaron a la defensa merengue y su visión del campo puso en movimiento a sus compañeros.

El penal que terminó anotando Messi fue todo de Iniesta. El manchego quebró de tal forma a Ramos que lo había dejado fuera de la jugada y, no contento con eso, todavía se apuntó otra pincelada majestuosa que también culminó en gol. Si hubiera justicia, el de Xavi también debería de darle puntos a Iniesta.

Con dos equipos entregados y altamente competitivos como lo son el Barcelona y el Real Madrid, el arte y la visión de juego de Iniesta terminaron imponiéndose. Del otro lado, Ózil no  estuvo ni cerca del nivel mostrado por Iniesta quien sin lugar a dudas, contrastó iluminando un gran partido de futbol.

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