El Real Madrid aún
está lejos de su mejor forma. Da la impresión de que aún no carbura y ha
comenzado muy frío el campeonato. En esta ocasión se ha estrellado con un
Getafe que tuvo como mejor virtud el nunca bajar los brazos.
Los merengues
dominaron el primer tiempo y se fueron al frente por conducto de Higuaín cuando
corría el minuto 26. Todo parecía indicar que estaba encaminándose a una fácil
y cómoda victoria pero el cuadro albo dio la impresión de conformarse y en
lugar de rematar a su víctima la dejó vivir. El mayor pecado del Madrid fue el
no sentenciar el partido cuando tenía todo para hacerlo.
El Madrid dominó el
partido pero también desperdició jugadas que parecían más fácil meterlas que
fallarlas y en el pecado tuvo su penitencia ya que el Getafe jamás bajó las
manos y en la segunda parte, en una jugada a balón parado, encontró el gol el
empate por conducto de Valera quien supo adelantarse a los centrales
madridistas que se quedaron parados.
Mourinho reorganizó
sus filas y movió sus piezas pero aprovechando el desconcierto el Getafe logró
anotar el 2-1 por conducto de Barrada cuando corría el minuto 74.
El Madrid se lanzó
de nuevo al frente pero estuvo más cerca de recibir el tercero que de conseguir
el empate. Cuando controló el partido no quiso sentenciarlo y cuando se vio
abajo no supo empatarlo, por lo que tuvo que conformarse con una derrota y ahora
se queda con un punto en dos fechas, a cinco ya del Barcelona que ha comenzado
mucho mejor el torneo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario