El Deportivo supo
incomodar de tal forma al Málaga que acabó agenciándose la victoria en un
partido vital para sus aspiraciones en la Liga BBVA. La estrategia era
complicar el accionar del contrario y funcionó a la perfección ya que los de la
Coruña supieron enredar el juego de tal forma que su rival jamás encontró el
camino al marco y no pudo hacerles daño.
Málaga intentó
llegar por todos lados, buscó abrir el campo de juego y penetrar por las bandas
pero enfrente tenía a un equipo bien conjuntado, concentrado y decidido a
cerrarles el paso. Deportivo supo atacar sin descuidar la retaguardia, supo
cerrar filas ante un rival que jamás perdió la verticalidad y que buscó por
todos los medios hacerle daño.
Los 25 mil
espectadores que acudieron a Riazor se dieron gusto cuando Pizzi anotó el gol
que significaría la victoria cuando corría el minuto 57 y aplaudieron a su
equipo que supo complicar las acciones a un Málaga que, como siempre, mostró
orden y voluntad hacia el frente pero en esta ocasión eso no bastó y los
locales conquistaron una victoria de oro en su lucha por la salvación.
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