José Manuel de la
Torre buscó el partido para ensayar y el equipo hizo exactamente eso, un ensayo
con varias formaciones y buenas intensiones pero falto de coordinación y
efectividad ante un Dinamarca sin sus grandes figuras y que si bien buscó
cerrar el paso de la ofensiva mexicana, pocas veces buscó irse al frente.
El dominio del balón
fue del equipo tricolor aunque dicho control del partido fue más bien estéril
ya que los mexicanos tocaron el balón lejos de la portería danesa y con poca
trascendencia. Las pocas veces que México logró desbordar por las bandas creó peligro
pero estas fueron contadas ocasiones.
Jesús Corona estuvo
a cargo de la portería en la primera parte y casi no tuvo acción. En el segundo
período, Cirilo Saucedo entró para resguardar la meta mexicana y fue a él a
quien le anotaron el gol que significaba el empate para Dinamarca y fue por la
vía de la pena máxima.
De hecho, ambos
goles cayeron por vía del penal. Primero fue México el que anotó. Javier Aquino
logró perfilarse hacia la portería danesa con balón controlado y un defensivo
danés, en su afán por evitar una jugada de peligro, se enredó con él y terminó
derribándolo dentro del área para que el árbitro marcara el tiro penal que
posteriormente fue bien ejecutado por Marco Fabián.
Para el empate,
Torres Nilo golpeó a un atacante danés y lo derribó en el área mexicana para
que el árbitro de nueva cuenta decretara la pena máxima y Cornelius anotara el
gol del empate a 1 que terminó siendo definitivo.
Los pocos minutos
restantes transcurrieron con toques sin trascendencia y sin aproximaciones de
peligro por lo que el marcador ya no se movió y México terminó empatando 1-1
con Dinamarca en Arizona, Estados Unidos.
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