Ante los últimos
grandes escándalos sobre apuestas ilegales y presunto amaño de partidos, Joseph
Blatter, presidente de la FIFA, ha salido al paso y ha afirmado en una
conferencia llevada a cabo en Mauritania que "el futbol es un juego y por
tanto siempre hay tramposos y nunca pararán. Sabemos que hay partidos que son
manipulados y también que es muy, muy difícil hallar las organizaciones que hay
detrás de ellos y, especialmente, a los tramposos. Es un grave peligro. Si los
partidos son amañados, no existirá más interés en ver al futbol".
La FIFA anunció el
pasado miércoles, ayer, que se ha puesto en marcha un nuevo mecanismo de
denuncias gracias al cual se podrá comunicar cualquier persona que tenga alguna
denuncia o sospecha de arreglo de partidos y todas las llamadas serán tratadas
con total confidencialidad para perseguir cualquier pista que pudiera ayudar a
desenmascarar a estas personas y/o organizaciones que ensucian al deporte.
El problema
principal para este y cualquier tipo de sistema o estrategia para la detección
y/o persecución de este tipo de delitos es que muchas veces la operación se
hace por medio de computadoras y cada vez es más raro establecer comunicación
directa por lo que la identificación del o de los culpables puede llegar a ser
muy complicado y las autoridades tienen que coordinarse entre muchos países
para poder cerrar algún caso.
Ante esto, Blatter
considera que el sistema establecido por la FIFA "está muy lejos de ser
eficaz en la reducción del problema".
Las autoridades
europeas han declarado que seguirán en la lucha y que no dudarán en seguir
todas las pistas que pudieran acercarles a la total desarticulación de este
tipo de organizaciones con la firme intensión de limpiar el deporte de toda
trampa.
Sin duda, se asemeja
a la lucha del gato por atrapar al ratón. Bien podrá atrapar a alguno pero
seguirán habiendo otros y su trabajo nunca termina.
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