Las selecciones de
México y Jamaica arrancaron el Hexagonal final de la CONCACAF con un empate a
cero goles en el Estadio Azteca de la Ciudad de México. Sin duda, un gran
resultados para Jamaica y un pésimo arranque para México.
El problema para el
conjunto tricolor es mayúsculo ya que se vio totalmente descoordinado, sin
conjunción y no sólo no ganó sino que en realidad se salvó de la derrota ante
un rival que jamás había podido ganar punto alguno en el Azteca en todas sus
visitas anteriores y ha mandado un mensaje de vulnerabilidad que sin duda
motivará a todos sus rivales.
Jamaica intentó
pararse bien defensivamente y contragolpear aunque con pocas unidades pero su
labor fue facilitada por la falta de conjunción e ideas del equipo mexicano que
pecó de falta de creatividad y cometió cualquier cantidad de errores que
incluso pusieron en riesgo su marco.
Si bien fue México
el primero que atacó, lo hizo sin crear verdadero peligro y cuando Jamaica
respondió, el estadio quedó mudo. Corría el minuto 7 cuando Joel McAnuff
estrelló su remate en el poste derecho de la portería defendida por Jesús
Corona y el rebote le cayó a él mismo pero el arquero mexicano alcanzó a
rechazar el débil remate que tenía etiqueta de gol. De no ser porque el remate
iba al centro de la portería y no llevaba mucha fuerza, Corona no hubiera
podido hacer nada y los visitantes se hubieran podido llevar más de un punto de
la capital mexicana.
La defensa mexicana
cometió muchos errores en la salida y la media cancha no supo proveer de
balones a modo a Oribe y Chicharito quienes tuvieron que pelear rudamente para
crearse oportunidades y como tampoco estuvieron muy finos que se diga, la
realidad fue que Jamaica terminó estando más cerca de la victoria que México en
este primer partido del Hexagonal.
El orden mostrado en
la defensa por Jamaica contrastó con el desorden tricolor. Los jamaicanos
salían con balón controlado en algunas ocasiones y cuando lo consideraban
necesario se saltaban filas para mandar a correr a sus delanteros y poner en
predicamentos a la defensiva mexicana que sufrió las de Caín y de no ser por
las buenas intervenciones de Corona, otro gallo cantaría.
México se dio el
lujo de perder balones en la salida y con esto se metió en más líos aún ya que
en dos ocasiones claras de gol, los visitantes fallaron en el último toque y
eso salvó al tricolor.
El partido terminó
entre abucheos y gritos de desaprobación del público que ocupó casi la mitad
del graderío del Azteca.
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