En un partido vivido
a 4 tiempos, el Barcelona y el Real Madrid terminaron empatados a 2 con tantos
de sus estrellas, Lio Messi y Cristitano Ronaldo respectivamente. El encuentro
comenzó con un dominio del Real Madrid que supo imponer su juego y al presionar
al Barcelona desde la salida les robó el balón pero tras media hora y un
costoso error de Pepe, los azulgrana tomaron el control del partido hasta el
descanso y continuaron aunque con otro ritmo al salir al segundo tiempo. El
duelo terminó con un ritmo trepidante en el que si bien ambos equipos tuvieron
oportunidad de desequilibrar la balanza, fue el Barcelona el que estuvo más
cerca del gol.
Durante los primeros
minutos, el Real Madrid mordió desde la salida al Barcelona y le impidió
imponer el ritmo y tocar el balón. El Barcelona sorprendentemente cedió ante
las intesiones madridistas y los merengues se adueñaron del control del
partido, imponiendo su personalidad. Los avisos madridistas se sucedieron sobre
el arco custodiado por Valdez hasta que Cristiano aprovechó un magnífico balón
filtrado para clavar el 1-0 justo al poste que debía custodiar Valdez.
El golpe fue duro,
anímicamente caló hondo en el Barcelona que se veía superado por un Madrid
compacto y bien ordenado y durante la primera media hora del partido les
impidió hacer su juego y ocasionó que perdieran el balón en muchas ocasiones.
El Madrid tuvo
ocasiones para ampliar el marcador pero le faltó puntería. Tal vez la más clara
la tuvo en sus piés Benzema pero estrelló su remate en el poste de la portería
custodiada por Víctor Valdez y la superioridad merengue no pudo reflejarse de
nuevo en el marcador.
Lamentablemente para
las huestes de Mourinho, sobrevino un error que cambió de tajo el partido. Pepe
se lanzó con todo al bulto y Xavi simplemente se hizo a un lado en el área
madridista ocasionando que el férreo defensor merengue cayera descompuesto al suelo
y el balón se quedara suelto en el área justo para la llegada de Messi quien no
perdonó y fusiló a Casillas para emparejar los cartones cuando mejor jugaba el
Madrid.
Ahora el golpe
anímico era contra los merengues que también mostraron su dolor y se fueron
abajo. El Barcelona tomó la estafeta y controló el partido, obligando al Madrid
a responder con contragolpes pero creando muchas ocasiones de peligro. El error
de Pepe no sólo había costado un gol sino que también le quitaba al Madrid el
control del partido y metía muchas dudas en la zaga.
Al comenzar la
segunda parte vinieron algunos excesos de ambos equipos, un par de jugadas que
bien pudieron marcarse como penal, una en cada área pero, sobre todo, errores
de concentración que el Madrid pagó muy caro. Xavi Alonso arrolló a Messi
cuando este se encontraba en medio de 5 defensores merengues y le otorgó una
oportunidad de gol mediante un tiro libre. El argentino no la desperdició y
anotó el 2-1 a favor del Barcelona. Los azulgranas estaban ahora arriba y
jugaban mejor. La defensa blanca había vuelto a ser víctima de sus propios
errores, víctima de su desesperación.
Para buena fortuna
del Madrid, cuando mejor jugaba el Barcelona sobrevino una jugada
relampagueante que les permitió empatar el marcador.
Özil recogió el
balón tras un forcejeo cerca del área azulgrana y sin pensarlo dos veces, cedió
a Cristiano quien por velocidad le tomó la espalda a Mascherano y enfiló en
mano a mano ante Valdez para vencerlo con un disparo raso al poste izquierdo
del arquero blaugrana y empató el partido a 2.
El Barcelona se
lanzó con todo al frente y entonces fue el Madrid el que aceptó el reto y
contestó con contragolpes en un final trepidante no apto para cardíacos. Las
ocasiones se sucedieron en ambos marcos pero el Barcelona estuvo más cerca del
gol cuando Montoya estrelló su remate en el travesaño y a punto estuvo de darle
el triunfo a su equipo.
Pedro tuvo en sus
piés también la diferencia pero su disparo salió ligeramente desviado de la
portería defendida por Casillas y ya no hubo tiempo para más, el árbitro pitó
el final y ambos equipos terminaron
empatados y extenuados. El mundo se detuvo una vez más para presenciar
un gran partido entre estos dos enormes equipos.
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