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martes, 30 de octubre de 2012

Dimes y diretes


Después de varios años sin contrataciones, se dio un cambio de directiva en Pumas de la UNAM y la nueva administración marcó un nuevo camino. De entrada contrató a Joaquín del Olmo y algunos refuerzos, tres de ellos a un costo elevado.

La afición de Pumas nunca estuvo del todo convencida con la contratación de del Olmo y la presión sobre el estratega surgió casi desde el momento de su designación. Las redes sociales se inundaron de mensajes y el ambiente en el estadio muy pronto se enrareció por lo que la directiva no tuvo mucha paciencia y tomó la determinación de un cambio de timón.

La decisión sorprendió a muchos dado que las anteriores administraciones universitarias se habían distinguido por la paciencia en cuanto a los proyectos y cambios en la dirección técnica pero la sorpresa mayor se dio cuando se anunció la contratación de Mario Carrillo como nuevo timonel de Pumas.

La afición no tardó en reaccionar y su actitud fue muy clara. El rechazo a Carrillo fue inmediato y lo único que varió con el tiempo fue la cantidad de seguidores felinos que se ponían en su contra. La situación poco a poco se fue convirtiendo en insostenible dado que el equipo tenía una efectividad del 40% de puntos conquistados, el estratega se negaba a incluir en la alineación titular a los 3 refuerzos más importantes y nunca hizo nada por ganarse a la fanaticada.

Tras la goliza ante Tigres, era claro que la única forma de que Carrillo ganara tiempo para su causa era derrotando al América pero lamentablemente perdió y lo hizo sin haber convocado a los refuerzos que exigía la afición.

Hoy, tras su salida, Carrillo habla de los problemas con la directiva e indica que estos le querían imponer jugadores a como diera lugar, algo que en su momento negó García Aspe pero que sería claramente aceptable dado el costo de los refuerzos en cuestión y de que la afición los pedía a gritos. Si Mario Carrillo hubiera optado por meterlos al campo, tal vez se hubiera podido granjear más tiempo o bien si hubieran estado en el campo en la goliza en el Volcán y tras esa pobre actuación los hubiera sentado, la opinión pública tal vez no fuera tan crítica sobre su actuación.

El experimentado timonel ha sido claro al declarar a MEDIO TIEMPO que "yo no vi al Villa que ustedes suponen. Si yo hubiera visto al Villa goleador, contundente, todo lo que dijeron, sería muy tonto de no haberlo metido. Tuve que ir a marchas forzadas hacia un sistema, lo encontré, me gustó mucho, yo quería darles juego a Villa, a Luis, a Romagnolli, son excelentes profesionales, pero no encontré el momento".

Así las cosas, mientras Carrillo habla de situaciones que la directiva niega y de reuniones con las barras que no sirvieron para nada, lo cierto es que la crisis de Pumas será enfrentada por la persona que para la afición era la indicada para hacerse cargo del equipo desde el primer minuto del actual torneo: Antonio Torres Servín.

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