A la espera

El Athletic de Bilbao es un equipo copero por excelencia. Esta será la 36a ocasión en la que peleará una final de la Copa del Rey de España de la que ha salido victorioso en 23 ocasiones. La última ocasión en la que se llevó el trofeo a casa fue en 1984 en Madrid al derrotar 1-0 nada más ni nada menos que a otro equipo acostumbrado a ganar la Copa, el Barcelona.

El Barcelona disputará en unas horas más su partido de vuelta de la semifinal en el Camp Nou y podría ser el adversario del Athletic de nuevo. La ocasión anterior en la que se encontraron en una final fue en 2009, cuando los culés despacharon al Athletic 4-1 en Valencia, por cierto.

Ayer, el propio Llorente destacó el ambiente vivido en San Mamés como algo que "se vive en muyu pocos sitios", tal y como reporta EL PAÍS. La gente de Bilbao toma con especial entusiasmo este torneo y goza ver a su equipo disputando la Copa hasta el final.

Y el Athletic mostró el músculo. Se dejó ver como una aplanadora capaz de lograr cualquier sueño y de soñar con la conquista de una copa que les garantizaría una plaza en la Liga de Europa aunque Bielsa bien ha dicho que ellos van por la participación en la Champions.

La final podría ser en Madrid, en caso de que hoy avance el Barcelona, o bien en Barcelona, en caso de que hoy diera una campanada el Valencia. Pero eso es lo de menos, nadie duda de que este Athletic llega a la final con la moral por las nubes y que en este torneo sabe bien que se transforma.

Así, este contundente y bien plantado Athletic verá hoy el desenlace de la otra semifinal entre el Barcelona y el Valencia, en espera de quien les acompañará para disputar la gran final de este sorprendente y especial torneo.

Valencia viaja a Barcelona con la esperanza de poder dar una campanada. Su afición los ha arropado y viajan 14 autobuses con ellos para acompañarlos y alentarlos en este difícil compromiso ante un favorito Barcelona que ya se ha acostumbrado a ganar todos los torneos que disputa y, aunque no ha jugado del todo bien últimamente, sabe crecerse cuando la ocasión lo amerita y gusta de sacar su mejor juego en los grandes eventos.