El dominio del balón era del Guadalajara, pero su falta de profundidad permitió que el Deportivo Quito tuviera relativamente pocos problemas defensivos. Los defensas ecuatorianos podían resolver con cierta facilidad los ataques del chiverío que eran faltos de creatividad y sorpresa. Incluso, por momentos se tornaron monótonos.
Si bien las Chivas trataron de ofender, la realidad es que no mostraron argumentos para hacerlo y permitieron que el Deportivo Quito hiciera su partido. Ambriz amontonó gente al frente pero sus pupilos no se conectaban entre sí y los ataques terminaban o bien en las manos del portero o en las piernas de algún defensa.
La monotonía era tal que no se veía por donde pudieran hacer daño. El Rebaño no tiene profundidad, no triangula ni presenta variantes. El portero ecuatoriano se convirtió en un espectador por largos ratos del partido. El Deportivo Quito tampoco mostró gran cosa y prefirió sobrellevar el partido mas que finiquitarlo. Cuantas veces pudo, puso de manifiesto sus escasas dotes de histrionismo para cortar el juego.
La incapacidad ofensiva de las Chivas facilitó en mucho el trabajo defensivo del Deportivo, pero también debe de preocupar a Ambriz y su cuerpo técnico que la media cancha no es capaz de crear ni surtir a su delantera y la defensa tiembla cada vez que se acerca al área el rival.
Nunca ha ganado en territorio nacional un equipo ecuatoriano y en esta ocasión, poco ha hecho el Deportivo para merecer la victoria.
Las jugadas de mayor peligro para las Chivas eran a balón parado aunque no se puede decir que hayan obligado al portero rival a emplearse a fondo hasta que al minuto 84 en un contraataque a velocidad que culminaron muy bien con un disparo de media distancia, el arquero se tuvo que apurar para rechazar a tiro de esquina.
Un par de minutos después el Deportivo Quito estuvo a punto de ampliar el marcador gracias a un buen cabezazo que Michel alcanzó a desviar a tiro de esquina. El futbol que tanto escaseó durante los primeros 80 minutos, de repente apareció con este par de jugadas en ambas puertas pero ni tardo ni perezoso, el técnico ecuatoriano mandó un par de cambios para enfriar de nuevo el partido y meterlo en la congeladora.
Al minuto 92, bajo el abucheo del público, las Chivas aprovecharon un error defensivo del Deportivo Quito y anotaron de cabeza el gol del empate. El Venado Medina aprovechó que un defensa se fue en banda para centrar con toda la calma del mundo pero su centro no fue del todo bueno, pero gracias a una mala salida del arquero, Omar Arellano aprovechó para meter la cabeza y anotar.
Los segundos finales fueron tan intrascendentes como el resto del partido y el marcador ya no se movió más. Comenzó entonces la lucha entre las porras a favor del equipo y los abucheos por el pésimo funcionamiento.
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