La Máquina celeste del Cruz Azul logró una importante victoria en su debut en la Copa Libertadores al visitar al Nacional de Paraguay. A diferencia del Tuca con Tigres, Enrique Meza metió toda la carne al asador en el torneo, alineó a todas sus estrellas y el resultado salta a la vista.
Desde México se había dicho que la Máquina buscaba trascendencia y el mismo discurso se repitió una y otra vez ante la insistencia de la prensa, pero nada mejor que lo que han dicho en el campo los jugadores al plantarse en cancha ajena y comenzar con el pie derecho su participación en el torneo.
Desde el silbatazo inicial quedó en claro que los cementeros no se andarían con tanteos y que buscarían obtener la victoria. El Chuleta Orozco puso al frente al Cruz Azul cuando aún corría el minuto 5 al culminar una bonita triangulación con Villa y Giménez.
Esto ocasionó que el cuadro local se lanzara al frente y presionara insistentemente al Cruz Azul desde la salida y fue, precisamente, en un error a la salida cuando los paraguayos se hicieron del balón y anotaron el empate al minuto 21 por conducto de Bogado.
Tras esta jugada, los cementeros volvieron a adueñarse del control del balón y del partido imponiendo su ritmo y su juego y muy pronto, apenas 7 minutos más tarde, lograron ponerse al frente de nuevo gracias a que Orozco remató a placer un rechace del portero paraguayo a tiro de Giménez.
El buen primer tiempo hacía pensar que lo mejor estaba por venir pero en la segunda parte ambos equipos se neutralizaron mejor y las jugadas de gol escasearon aunque no así la lucha intensa por el control del esférico.
Fue hasta los minutos finales cuando Meza mandó a meter el camión atrás para defender el resultado por lo que en la banca terminaron pidiendo la hora al árbitro.
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