La Máquina Cementera del Cruz Azul dejó en claro que toma en serio la Copa Santander Libertadores y le dio una probadita al Deportivo Táchira de su potencia para sumar su segunda victoria consecutiva en el torneo.
Los cementeros tardaron 17 minutos en horadar por primera vez la cabaña del Deportivo y lo hicieron por medio de un discutido penal ocurrido cuando un defensa trastabilló a Javier Aquino dentro del área. La pena máxima fue bien cobrada por Adrián Cortéz y el balón entró pese a que el portero alcanzó a desviarlo. Era el 1-0 y lo mejor estaba por llegar.
Aquino hizo y deshizo a placer por la banda derecha, generando un buen número de oportunidades para sus compañeros y fue una pieza importante para establecer un dominio que poco a poco fue abrumando a los sudamericanos y que bien pudo haberse reflejado mejor en el marcador pero la Máquina no supo anotar otro gol y se fue al descanso con el 1-0.
En el segundo tiempo se fueron dando las cosas en parte debido a que el Cruz Azul jamás aflojó y en cuanto perdían el balón, comenzaba la lucha por su recuperación. De esa forma, el Chuletita Orozco peleó por un balón que terminó en los pies de Edixon Perea quien no lo pensó y lo mandó al fondo de las redes para el 2-0 que afianzaba el partido para los azules.
Los embates celestes continuaron y cuando transcurría el minuto 78, Maranhao desbordó y le puso medio gol al Chuletita que nada más tuvo que empujar para decretar el 3-0. La cuenta la cerró Villa quien peleó por un balón dividido en el área de los venezolanos y terminó empujándolo de manera poco ortodoxa para el fondo de la portería decretando así la goleada 4-0.
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