Austria puso empeño
para tratar de impedir la victoria germana pero no logró arañarle ni un punto
y, como ya es una costumbre, sus vecinos se agenciaron la victoria por 2-1.
De cualquier forma,
los germanos mostraron ciertas dudas en la defensa y esta vez no se vieron como
la máquina destructora de otras ocasiones. Alemania se ha acostumbrado a vencer
a Austria sea donde sea el partido. Los austriacos no logran derrotar a los
germanos desde 1978 y para ellos, eso es una motivación para hacer historia y
romper una larguísima racha negativa. Sin embargo, Alemania no se vio muy bien
y tuvo que aplicarse en la defensa por un buen tramo del partido.
Alemania trató de
encerrar a Austria en su campo pero los locales rompieron el acoso con balones
largos y su verticalidad pareció tambalear al gigante germano que mostró dudas
en la defensa y permitió más facilidades de las que acostumbra.
Cuando mejor jugaba
Austria, Reus anotó un gol al tomar el balón dentro del área austriaca. Austria
había jugado mejor hasta ese momento y parecía que al menos se iría al descanso
empatado a cero pero el gol de Reus, al minuto 44, cambió la historia del partido.
Austria entró
disminuido al segundo tiempo. El golpe alemán no sólo había puesto el 1-0 sino
que había tocado al rival psicológicamente y ahora los austriacos eran más
precavidos pero esto no evitó que Özil anotara el 2-0 al minuto 52 al ejecutar
un penal.
Junuzovic anotó el
2-1 al empujar un gran pase de Amautovic para poner a Austria de nuevo en el
partido e inyectarle adrenalina a su equipo que puso su mejor empeño en busca
del gol del empate pero este se negó.
Si bien los alemanes
se vieron forzados a defenderse de los embates austriacos, supieron salir
adelante y el marcador ya no se movió, quedando sentenciado el partido 2-1 a
favor de Alemania sobre una empecinada pero poco efectiva Austria que bien pudo
empatar.
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