No cabe duda de que
la motivación es muy importante en la vida diaria y ni hablar en el futbol. El
Málaga se había sumido en una de las peores crisis de su historia luego de
conquistar una gran campaña en el torneo anterior que le había puesto a las
puertas de la Champions. La administración del equipo decidió vender a sus
estrellas e incluso había propuesto la salida del entrenador Pellegrini quien
de alguna forma logró mantenerse en el banquillo cuando todo apuntaba hacia su
salida.
El equipo logró el
derecho a la fase de grupos de la Champions y ahora que por primera vez en su
historia disputa este torneo ha dado una verdadera demostración de hambre de
triunfo y solidaridad. Pellegrini ha logrado inculcarle a su equipo una idea y
sus jugadores han demostrado estar comprometidos plenamente.
El Málaga arrancó a
tambor batiente y al minuto 3, Isco marcó el 1-0 al culminar una jugada
hermosa, de esas que valen la pena disfrutar desde su concepción y que incluyó
dos jugadas de pared y un pase filtrado para dejar a Isco en inmejorable
posición para inscribir su nombre en la historia del futbol andaluz al anotar
el primer gol del Málaga en la Champions. Sin duda un golazo.
El torbellino
llamado Málaga no soltó a su presa y antes de que pudiera reaccionar, otra
triangulación permitió que Saviola anotara el 2-0 con un toque de primera
intensión cuando apenas corría el minuto 13.
El acoso no quedó
ahí y el Zenit tuvo mucha suerte de no llevarse una goleada de escándalo porque
ya no le dolía lo duro sino lo tupido. La velocidad y sincronización del Málaga
les hizo mucho daño y cuando corría el minuto 76 Isco redondeó su soberbia actuación
anotando el 3-0 para dejar cifras definitivas en un gran estreno del Málaga en
la Champions.
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