El Nápoles le ha
respondido a la Juventus con un triunfo conseguido a sangre y fuego ante el
siempre incómodo Sampdoria en la Ciudad de Génova. El mensaje es claro, los
napolitanos pelearán a todo lo largo del torneo por el Scudetto con la Vecchia
Signora y esta vez cuentan con más experiencia.
El partido fue de
lucha y de agallas, no fue un encuentro fácil. Ambos equipos se trabaron entre
los 3/4 del campo y hubieron pocas llegadas claras a las metas.
La Sampdoria, recién
reingresada a la Serie A luego de visitar la Serie B por una temporada, llegó
al partido con 10 puntos, producto de 3 triunfos, 2 empates y sin haber
conocido la derrota, algo que en la Serie A italiana, muy pocos pueden presumir
aún y cuando se está jugando apenas la fecha 6. El Nápoles también llegó
invicto al encuentro y era bien sabido que este no sería un compromiso fácil.
La lucha se centró
en el medio campo, con mayor posesión para la Sampdoria pero con ese
sentimiento de peligrosidad que es en sí un mensaje de alerta ante los
contragolpes napolitanos.
Faltó claridad a
ambos cuadros y hubo mucho nervio. La fuerza con la que se disputaba cada balón
hizo que en más de una ocasión los jugadores se enfrentaran y se encararan,
pero el árbitro logró mantener a todos a raya.
El partido se
definió por un penal cuando corría el minuto 67. Una jugada individual en la
que un defensor genovés trabó a su contrincante en la entrada del área fue
marcada por el árbitro como penal y Cavani se encargó de convertirlo en gol.
La batalla continuó
con un Nápoles replegado atrás y en busca de algún contragolpe. El Sampdoria
continuó insistiendo pero no encontró caminos para llegar a la puerta
napolitana. Le faltaron ideas y sus centros fueron bien cortados por la
defensiva visitante que mostró orden y mucho carácter en esta dura batalla.
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