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domingo, 23 de septiembre de 2012

Liverpool 1-2 MU


En un gesto histórico se ha rendido homenaje en Anfield a los fallecidos de Hillsborough, 23 años después de emprender una larguísima batalla judicial que, por lo pronto, ha derivado en un "mea culpa" del Premier Británico que ha reconocido los errores tanto en el momento de los hechos como en la investigación.

Liverpool y Manchester United han participado en este gran gesto e, incluso, se repartió una carta escrita por Ferguson entre los aficionados del Manchester que se dieron cita en Anfield. La carta reza "Nuestra rivalidad con el Liverpool está basada en la determinación de llegar a lo más alto y no en el odio personal. Nuestro gran club estará junto a nuestros grandes vecinos hoy para recordar la pérdida y rendir tributo a su campaña por la justicia".  No cabe duda que, como bien decía Montesquieu, "para ser realmente grande hay que estar con la gente, no por encima de ella" y hoy Ferguson ha tenido un gesto loable para con sus rivales deportivos.

El Liverpool llegó al partido sumido en una crisis de resultados que lo tienen en la parte baja de la tabla y con mucha presión por lo que se antojaba que se lanzaría al frente apenas sonara el silbatazo inicial pero fue el Manchester el equipo que arrancó mejor y arrinconó a los locales en su propio campo.

En el inicio, Liverpool se vio presionado desde su salida y optó por largos balonazos que facilitaron en mucho las labores defensivas de un muy ordenado Manchester United que fue perdiendo fuerza conforme avanzó el cronómetro y terminó cediendo el control del balón y el terreno de juego ante los locales.

Liverpool supo cortarle la salida a los Diablos Rojos y frenó por completo el flujo de balones hacia Van Persie con lo que el Manchester perdía toda posibilidad de peligro. Lamentablemente para los locales, no supieron traducir ese dominio tanto del balón como del territorio en jugadas de peligro. El Liverpool careció de profundidad y sus ataques eran repelidos por una eficiente defensa que mostró mucho oficio.

A escasos segundos de haber comenzado el segundo tiempo, el Liverpool rompió el empate a cero gracias a una jugada un tanto fortuita ya que Gerrard bajó con el pecho un balón rebotado por la defensa del Manchester y anotó un gran gol que ponía el marcador 1-0 a favor de los locales.

Lamentablemente para el Liverpool, unos minutos más tarde, Rafael emparejó los cartones con un golazo desde dentro del área al poner el esférico en la horquilla, lejos del alcance de Reina. Era el 1-1 que igualaba el marcador en lo que fue el primer disparo a gol del Manchester United en el partido. La eficiencia del equipo de Ferguson se hacía notar de nuevo.

Para colmo de males, cuando corría el minuto 80, un defensa cargó por la espalda a Rafael y el árbitro no dudó en marcar la pena máxima para que Van Persie anotara el 2-1 y le diera el triunfo a un Manchester United ordenado y discreto que logró sacar mucho más de lo que merecía en Anfield y puso un clavo más en el ataúd de un Liverpool que ha ingresado a la zona de descenso.

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