En un partido
disputado hasta el final, el Real Madrid alcanzó dos veces al Manchester City y
terminó imponiéndose con un gol en el último suspiro para arrancar con el pie
derecho en la Champions League en el que sin duda es el Grupo de la Muerte.
El partido comenzó
tal y como se esperaba, con el Madrid buscando la portería contraria pero
tomando algunas precauciones y el Manchester City tirado atrás en espera de una
oportunidad para contragolpear a los merengues.
El Madrid ejerció un
fuerte dominio durante el primer tiempo pero no logró abrumar a los Citizens
que se mostraron bien plantados y supieron escalonarse para minimizar los
peligros potenciales que eran inevitables por lo que Hart tuvo pocas
intervenciones de peligro aunque un cabezazo a boca de jarro estuvo a punto de
inaugurar el marcador pero el balón se estrelló en el brazo del arquero del
Manchester.
El Real Madrid
utilizó sus variantes e intentó acosar al Manchester en la primera parte en la
que dominó claramente el partido pero no supo traducir dicho dominio en gol y
ambos equipos se fueron al descanso empatados a cero.
Para la segunda
parte, los Citizens volvieron a la misma estrategia de esperar atrás al Madrid
pero cuando corría el minuto 68, Touré Yaya logró robar un balón en su propia
cancha y con una zancada impresionante, se coló hacia el frente y filtró un
gran balón a Dzeco, que acababa de entrar al terreno de juego en lugar del que
había sido el mejor jugador del Manchester en la primera parte, Silva, para que
este tocara suave a un costado de Iker quien se venció antes para nada más
contemplar como entraba el balón a su portería.
La inoperancia del
medio campo madridista había sido obvia y el equipo necesitaba un sacudón.
Hacía unos minutos que había entrado Özil en busca de mayor creatividad pero
Mourinho metió mano de sus estrellas en la banca y jaló a Modric y Benzema de
inmediato para revitalizar a los merengues. Benzema entró por Higuaín que no
había tenido una buena noche y Modric sustituyó a Khedira, quien tiene mucho
más fuelle pero no es tan creativo como el croata.
Marcelo se había
cansado de correr por la banda izquierda y cada vez más era un volante en lugar
de defensa ya que no tenía marca y en una de tantas, cuando corría el minuto
75, intentó un disparo que, para su buena fortuna, rozó en un defensa y terminó
incrustándose en la portería defendida por Hart para el 1-1 que hacía justicia
a lo visto en el campo.
Cuando corría el
minuto 82, Benzema cometió una falta innecesaria a la salida del Madrid y
permitió que el City tuviera una jugada a balón parado a 3/4 de campo. El
centro fue ligeramente desviado por Xavi Alonso y el balón terminó anidándose
en la portería de Casillas para el 2-1 a favor del City que el árbitro dio por
bueno a Kolarov.
Pero el Madrid no
bajó los brazos y un par de minutos después, Benzema se sacó la espina y con
una media vuelta disparó perfecto raso y pegado al poste izquierdo de Hart para
volver a igualar los cartones, 2-2.
Ambos equipos
intensificaron la velocidad y el partido vivió verdaderos minutos de infarto
hasta que Cristiano Ronaldo quebró por la banda izquierda para internarse en el
área y disparó muy cerca de la raya con tal suerte que un defensa tapó a Hart y
cuando este reaccionó, el balón ya había entrado a su portería para el 3-2 y
una voltereta épica en el Santiago Bernabéu que bien podría ser un punto de
inflexión para los merengues que han tenido un arranque muy flojo en la Liga
BBVA.
Ya no había tiempo
para más y el Madrid enfrió el balón en cuanto le fue posible robarlo para
guardar en el congelador la victoria en el trepidante arranque de la Champions.
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