Tigres de la UANL ha
tenido un comienzo algo accidentado, muy por debajo de lo que Tuca acostumbra y
la afición exige, por lo que llegó al partido buscando un triunfo en casa que
le permitiera meterse a la zona de Liguilla sin importar que enfrente tenían a
la mejor defensa del torneo, un Cruz Azul bien armado y que aunque no ha
ostentad brillantez, sí ha sabido ser efectivo.
El partido comenzó
caliente porque ambos equipos salieron buscando la portería contraria y le
imprimieron un muy buen ritmo. Tigres atacó desde el inicio y muy pronto pudo
encontrarse con el gol ya que Luis García fue derribado dentro del área
cementera pero Lucas Lobos, el consentido de la afición neoleonesa, falló la
pena máxima al anunciar mucho su disparo y terminó entregándosela a Corona.
Sin embargo, los
felinos no bajaron los brazos y continuaron insistiendo en el ataque y
asfixiando a la Máquina que si bien intentó responder, no le fue posible llegar
con peligro a la puerta defendida por Palos y tuvo que ceder ante el dominio
universitario.
Cuando ya corría el
minuto 44, Luis García aprovechó un rechace de Corona ante un disparo potente
de Lucas Lobos y anotó el 1-0 que ponía justamente arriba a Tigres.
Ambos equipos
salieron al segundo tiempo con ganas de anotar pero fueron de nuevo los Tigres
los que pudieron imponer su dominio aunque el Cruz Azul también respondía con
rápidos contragolpes, lo que derivó en un partido muy agradable con buen ritmo.
Conforme fue
avanzando la segunda parte, el Cruz Azul se fue asentando y Tigres parecía
perder un poco el empuje pero los cementeros no pudieron evitar que al minuto
80 volviera a aparecer Luis García para anotar el 2-0 y, de paso, poner contra
la pared a los celestes.
La Máquina no bajó
los brazos y Memo Vázquez reorganizó a sus jugadores, haciendo entrar a
Maranhao en busca de un gol que les permitiera meterse al partido, por lo que
las emociones continuaron en ambas porterías ya que Tigres tampoco renunció a
ir al frente en los minutos finales.
Loable la postura
del Cruz Azul que jamás bajó los brazos y continuó luchando y presionando, obligando a la defensiva
felina a emplearse a fondo y multiplicarse para mantener en cero su marco.
Así las cosas y pese
a la insistencia cementera, la defensiva y el portero de los Tigres lograron
mantener inmaculada su meta y a ralla a la poderosa ofensiva celeste aunque con
una muy buena dosis de sufrimiento para los fanáticos que, como es su costumbre,
abarrotaron el Volcán para ver jugar a su equipo.
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