Los Rayados de
Monterrey lo hicieron de nuevo y han conseguido el bicampeonato en
CONCACHAMPIONS para representar al sector en el Mundial de Clubes en busca de
enmendar su fracaso del certamen pasado.
Sin embargo, hay que
reconocer que este bicampeonato no fue una empresa fácil. Quitando todos los
escollos que tuvieron que saltear por el camino, ayer se enfrentaron a un gran
rival que dio todo en el campo de juego por ganar. El duelo entre Santos y Monterrey
fue realmente digno de una final. Lleno de emoción, lucha, entrega y gran
futbol entre dos enormes equipos.
Santos Laguna entró
al campo con la firme intensión de imponer sus condiciones para buscar el gol.
Los Guerreros se plantaron bien en el campo y se adueñaron del control del
partido. Ejercieron muy buena presión y atacaron a gran velocidad.
El duelo registrado
en el Territorio Santos Modelo fue de poder a poder. Si bien Santos dominaba el
encuentro, los regios respondieron en todo momento y jamás se defendieron a
ultranza. Vucetich sabía que si anotaba un gol complicaría mucho las aspiraciones
laguneras y así sucedió.
La poderosa ofensiva
lagunera se volcó sobre el visitante en busca del gol. Insistiendo por todos
los medios posibles pero en el primer tiempo no fue capaz de anotar y fue hasta
el segundo tiempo cuando Daniel Ludueña los puso adelante en el marcador y cuando
corría el minuto 50, Darwin Quintero se escapó por la banda derecha y lanzó un
duro centro que desvió Orozco y terminó por caerle a Oribe Peralta quien no
perdonó para anotar el 2-0 y encender las abarrotadas tribunas del estadio.
Pero Monterrey no es
un equipo acostumbrado a bajar las manos y sacó fuerzas para nivelar el partido
y comenzó a lanzar punzantes contragolpes en busca del gol. El encuentro vivió
sus mejores momentos, con jugadas en ambas áreas y escapadas a ritmo vertiginoso.
Tanto podía caer el gol en un lado que en el otro y la gente vivió los últimos
minutos al filo de sus butacas o en el infarto como tele espectador.
Cuando corría el
minuto 81, Ayoví conectó con Cardozo y este último disparó a gol con la fortuna
de que el disparo fue desviado por Figueroa y terminó por incrustarse en la
portería defendida por Oswaldo Sánchez que hada pudo hacer. Era el 2-1 en el
partido y el 2-3 en el global. Con este tanto, Santos requería anotar 2 en
menos de 10 minutos para avanzar.
Ya no hubo tiempo
para más y poco a poco los embates laguneros fueron amainando hasta que el
árbitro decretó el final. Monterrey terminó imponiéndose en un gran duelo,
digno de una gran final.
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