No hubieron
sorpresas en cuanto a las alineaciones y en cuanto a las posturas. Guardiola
mandó al Camp Nou una línea de tres defensas, apostó a que el Chelsea saldría a
defenderse y acertó. Roberto Di Matteo plantó una doble línea de 4, dejando
únicamente a 2 personas fuera de sus 3/4 de campo y apostó por el contragolpe.
El Barcelona se fue
al ataque desde el arranque del partido pero fue el Chelsea el que tuvo la
primera oportunidad incluso antes de que se cumpliera el primer minuto. Si
alguien pensó que el encuentro sería de ida y vuelta estaba simplemente
equivocado ya que esa tempranera incursión de los blues fue la única en un buen
tramo y el Barcelona se adueñó tanto del balón como del territorio contrario.
El Chelsea jugó a
defenderse y lo hizo con todo y con todos, poniendo en ocasiones a 8 jugadores
en su propia área o bien en los linderos de esta. El Barcelona sabía que esto
era muy probable y buscó abrir el campo tocando, como siempre acostumbra, fiel a
su estilo.
Se puede decir sin
temor a equivocarse que este partido mantuvo la misma tónica que el que ambos
equipos sostuvieron en Stamford Bridge. El Barcelona no escatimó en esfuerzo
para superar el doble muro defensivo presentado por el Chelsea que jamás perdió
la paciencia y supo parapetarse atrás.
Busquets puso el 1-0
cuando corría el minuto 35 y dos minutos más tarde, el árbitro expulsó a Terry
por una leve falta contra Alexis que el sudamericano exageró. Esto propició un
desconcierto en la zaga del equipo londinense que permitió que Iniesta anotara
el 2-0 cuando corría el minuto 44.
Fueron los minutos
más difíciles para el Chelsea que, sin embargo, revivió con un vertiginoso
contragolpe gestado por Ramírez que combinó con Lampard y que terminó
culminando el propio brasileño para vencer con un globo a Víctor Valdez que
salió a destiempo. El 2-1 entró en tiempo de compensación de la primera mitad y
volvía a poner contra las cuerdas al Barcelona.
Al salir a la
segunda parte, Di Matteo ordenó a todo su equipo para plantarse y defender a
ultranza. Manteniendo el doble muro defensivo pero ahora sin dejar a nadie
suelto al frente por lo que cada vez que Drogba quería atacar, tenía que salir
desde su propia área y regresar de inmediato.
Iniesta tuvo una y
la falló al estrellarla en el cuerpo de Cech pero muy pronto Fábregas se
fabricó un penal al fingir que Drogba le pegaba al barrerse en el área y todo
parecía presagiar el final para el Chelsea ya que el árbitro decretó la pena
máxima y el encargado de tirarla era el propio Messi. Sin embargo, el argentino
estrelló su disparo en el larguero y con él tumbó el ánimo propio y de gran
parte de las gradas.
Los intentos
blaugranas continuaron sin cesar y Alexis, Cuenta, Busquets, Messi y Mascherano
dejaron ir jugadas de gol entre defensivos blues, Cech y los postes. El final
se acercaba y el Barcelona seguía insistiendo, volcado al frente en busca del
gol que les diera el pase.
El partido se
antojaba para un delantero centro que simplemente rematara las innumerables
opciones y centros que el Barcelona generaba pero resulta que los azulgrana no
tienen a nadie que juegue en esa posición por lo que improvisaron a Keita que
entró desde el 74.
En una de tantas y
ya sobre el tiempo de compensación, Torres robó un balón en su propia área e
intentó salir jugando pero el Barcelona recuperó y regresó el juego hacia el
área del Chelsea que, sin embargo, logró romper de nuevo y para desgracia del
Barcelona, el balón fue a dar a los pies del encarrilado Torres que simplemente
enfiló solo y su alma al área enemiga para enfrentar en un mano a mano a Víctor
Valdez y decretar el empate final que confirmaba el pase del Chelsea y la
eliminación del Barcelona.
Ante todo y contra
todos, el Chelsea logró imponer su estilo ante un gran equipo que puso todo en
el campo pero fue superado y terminó con clase saludando al vencedor. El
Chelsea puede presumir de haberle ganado al mejor contra viento y marea.
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