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martes, 17 de abril de 2012

El peso de la historia

El Bayern de Múnich hizo pesar su historia y con más ganas que nada logró imponerse justamente por 2-1 a un Real Madrid que aparentemente quiso manejar el resultado cuando tenía el 1-1 pero no le funcionaron los cambios a Mourinho y precisamente el hombre de confianza que había metido para marcar, fue el eslabón más débil.

Los merengues arrancaron bien el partido y fueron el equipo que sus seguidores esperan ver siempre pero el gusto sólo les duró unos minutos ya que el Madrid se contuvo y después de unos emocionantes 7 minutos iniciales, bajó la intensidad.

Como suele suceder en muchos de los enfrentamientos más importantes del Madrid, su súper estrella Cristiano Ronaldo brilló por su ausencia y simplemente desapareció por largos tramos del partido. El otro portugués de confianza de Mourinho, Coentrao, fue por decirlo de alguna manera, un desastre.

El Bayern se fue al frente cuando corría el minuto 17 con un gol de Ribéry en un tiro de esquina que no pudo ser bien despejado por la defensa madridista y que le cayó al pie al francés que no perdonó. Si bien, un delantero del Bayern, Luis Gustavo, se interponía entre Casillas y Ribéry y se tuvo que hacer a un lado para que pase el balón estando en fuera de lugar, nadie del Madrid protestó la jugada y el árbitro estaba en muy mala posición para apreciarla adecuadamente debido a la cantidad de gente agolpada en el área en ese momento.

Si el Madrid ya había bajado el acelerador después de los 7 minutos iniciales, con el gol los merengues se pusieron un tanto nerviosos y comenzaron a lanzar balonazos que no iban con idea ni daban ventaja a sus delanteros. En el primer tiempo, Benzema fue el único delantero madridista que osó disparar a la portería contraria con cierto nivel de peligro. Los tiros libres de Cristiano estuvieron fatales y los balonazos de Pepe simplemente no ayudaban a nadie.

El Bayern hizo lo suyo, lo que siempre ha hecho y sabe hacer mejor. Apretó con fuerza y dureza en la defensa y buscó los centros rifándose el físico en la delantera. Ribéry fue en todo momento un dolor de cabeza por donde se paraba pero cuando encontró el carril derecho se propuso a darle un baile a Coentrao y lo logró.

El gol del empate madridista cayó en el minuto 53. Benzema acarreó el balón y lo cedió muy bien para Cristiano que quedó solo frente al portero pero estrelló el balón en el cuerpo de este y el rebote lo ganó Benzema de nuevo quien volvió a ceder a Ronaldo quien en esta ocasión prefirió asistir a Özil que con un toque dentro del área chica puso el balón en la red.

Lamentablemente, con el 1-1 el Madrid se tiró atrás dándose por bien servido y en el pecado llevó la penitencia. El Bayern tomó la iniciativa y comenzó el suplicio. Ribéry corrió incansable y junto con Robben y Lahm comenzó a surtir balones para Mario Gómez que imponía su físico para rematar.

El costado izquierdo del Madrid, el que se suponía que custodiaría Coentrao, era una verdadera avenida por donde pasaban los alemanes para servir centros peligrosos para Mario Gómez y tanto fue el cántaro al agua que, en una de esas, Lahm le puso un traje de torero a Coentrao y le destrozó la cintura dejándolo tendido y mandó un centro que Mario Gómez embistió con toda su humanidad para empujar a gol cuando corría el minuto 90.

Fiel a su historia, el Bayern ganó gracias a su fuerza y empuje. Basando su juego en latigazos y centros, saltándose líneas y metiendo el cuerpo. La bestia negra hizo su juego en Múnich y obtuvo un agónico pero justo triunfo 2-1 que deja todo por definirse en el Santiago Bernabéu.

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