El Chelsea de
Roberto Di Matteo ha vuelto a lo básico y ayer puso en claro qué es lo básico
para ellos al plantar un doble muro defensivo olvidándose de la posesión del
balón para responder siempre en rápidos, verticales y vertiginosos contragolpes
ante un Barcelona que, fiel también a su estilo, dominó el partido
infructuosamente ya que no pudo reflejar en el marcador dicho dominio.
El Barcelona viajó a
Londres con la firme intensión de obtener un triunfo y pelearlo a lo largo y
ancho del terreno de juego pero los azulgrana no se esperaban que el Chelsea
simplemente se encerrara atrás y les cediera el total y completo dominio tanto del
balón como del territorio.
Cada vez que el
Chelsea perdía el balón, todos sus integrantes regresaban a su campo para
esperar al rival y cerrarle los espacios. Tal fue el dominio azulgrana que
controló el esférico el 68% del tiempo corrido en la primera parte.
En esta ocasión la
suerte no estuvo del lado del Barcelona ya que dejaron ir varias opciones
claras de gol mientras que el Chelsea no perdonó en la que tuvo y sentenció el
partido 1-0.
Cuando ya corría el
tiempo agregado de la primera mitad, Messi perdió un balón en tres cuartos de
cancha y el Chelsea lanzó un vertiginoso contraataque. Ramires tomó el balón en
la banda izquierda y avanzó hasta entrar al área culé para servir un pase a Drogba
quien no perdonó y anotó el único gol del partido.
Si el Chelsea había
sido precavido en extremo antes de anotar ese gol, una vez hecho el daño, era
obvio que meterían el camión atrás y la tónica en el segundo tiempo no cambió
en mucho de lo sucedido en la primera mitad.
Lo que no podía ser
detenido por el doble muro defensivo planteado por el Chelsea, Cech se
encargaba de enfriarlo y, en casos extremos, eran los postes los que se
atravesaban e impedían el ansiado gol de los azulgrana.
Si bien el Chelsea
hoy se ha salido con la suya, ahora tendrá que refrendar el asunto en Barcelona
donde nuevamente se pondrá a prueba a su defensa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario