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miércoles, 28 de marzo de 2012

Pisando fuerte

El Bayern de Múnich fue a Francia y venció 2-0 al Olympique de Marsella con una demostración de solvencia que deja en claro sus aspiraciones de llegar a la gran final. No cabe duda de que los alemanes vienen pisando fuerte, como el equipo grande que son y los de Marsella pueden atestiguarlo.

El Bayern mostró una fortaleza impresionante. Supo aguantar cuando era preciso, apeló a sus instintos y mostró oficio, pero también fue contundente y supo domar a una bestia enfurecida que hizo todo lo que pudo para merecer un mejor resultado pero terminó inclinándose ante tal demostración.

El Olympique se lanzó al frente desde el principio, apelando a su gente y a su gran toque de balón pero el Bayern aguantó las embestidas y, poco a poco, fue derribando barreras y rompiendo diques para terminar aplastando en su propia casa a los galos.

El Bayern encontró salida y peligrosidad por la banda derecha comandado por Robben quien con velocidad e inteligencia fue buscando compañeros y asociándose para hacer daño y minar las defensas de los marselleses, quienes sin darse cuenta fueron cayendo en el juego que buscaba el Bayern aunque dieron una feroz batalla comandados por Valbuena.

El Olympique arrinconó por momentos al Bayern en busca de un gol, pero los cruces defensivos y las atinadas intervenciones del portero Neuer, fueron decisivas para mantener en cero la portería de los alemanes que se batieron en serio. La defensa del Bayern mostró solvencia. Está hecha a prueba de todo y no pierde la ecuanimidad casi con nada.

Cuando corrían los últimos minutos del primer tiempo, Robben montó en su moto por el costado derecho y mandó un disparo lleno de veneno que fue atinadamente rematado por Mario Gómez que ponía el 1-0 y que dejaba al descubierto las intensiones del gigante teutón que se había dejado dominar pero que sabía perfectamente a qué estaba jugando y su ejecución fue perfecta.

La jugada del gol nació cuando Lahm cortó un avance francés con la mano cerca de su área y de ahí, como un relámpago, la jugada llegó al marco del Marsella. Lo cierto es que el gol silenció el estadio y ambos equipos se fueron al descanso.

En la segunda parte el sentimiento de superioridad se hizo patente en los alemanes que se fueron adueñando de la situación y asociándose cada vez más para crear peligro. El segundo gol cayó con una bonita jugada en la que intervinieron varios de los pesos pesados del Bayern y que culminó con toda elegancia Robben para dejar cifras definitivas: Olympique de Marsella 0-2 Bayern de Múnich.

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